25 jun 2015

Estos dibujos explican realmente qué es el amor



La artista coreana Puuung reflejó con sus trabajos cómo el amor se expresa en una pareja: una suma de pequeños momentos, bellos y difíciles. Post en Disney Babble.

Carta al padre de mis hijos


Amor:
Como muchas veces en nuestra pareja, en este día del padre elijo escribirte. En las fechas especiales siempre nos escribíamos largas cartas, que están guardadas en una caja forrada de rosas rojas. Un símbolo del amor que las letras de esos papeles contienen.
Llegaron nuestros hijos y las rutinas se fueron modificando. Nos quedó menos tiempo: menos tiempo para cada uno y menos tiempo para los dos. Y también con los años hay cosas que van cambiando: ahora, esas cartas que nos entregábamos, por ejemplo en un cumpleaños, fueron reemplazadas por los dibujos que ellos hacen. Y ni el verso más perfecto puede competir con esos trazos desparejos desbordantes de amor.
Por eso esta vez elegí volver a esa tradición. Porque está bueno decir las cosas que deben ser dichas.
Hoy no le escribo a mi pareja, sino al padre de mis hijos, aunque me es difícil hacer esa división (y espero nunca tener que hacerla). Estás transitando tu primera década en la paternidad y miro hacia atrás a ese otro Día del Padre, hace 10 años, en el que estábamos contando los días para la llegada de nuestra primera hija. Y te miro ahora y veo que hay otra persona enfrente de mí: el ser padre te ha transformado, te ha enriquecido, te ha hecho crecer.
Esta carta es para darte las gracias por acompañarme en esta aventura maravillosa. Por acompañarme siempre en cada momento, desde las primeras rayitas del test positivo. Es por haber estado allí en las situaciones de angustia, conteniéndome. Por haber podido entender que las mujeres vamos llenando ese molde que se llama maternidad de una manera diferente unas a otras, y por haber respetado el modo en que yo quise o pude completar el mío. Por ponerle el cuerpo todos y cada uno de los días que siguieron a los nueve meses en que lo puse yo. Es para darte las gracias por no tener prejuicios y por entender la familia del mismo modo en que yo la entiendo. Por cambiar pañales, levantarte de noche y dar mamaderas a la par, pero también por llevarlos al club y al ensayo de ballet o ir a la librería a comprar la plasticola que les falta, por estar en actos escolares y reuniones de padres, por cubrir mi ausencia en mis viajes de trabajo. Para darte las gracias por tus sacrificios. Por completar mis falencias y potenciar mis aptitudes. Por transmitirles a mis hijos el valor del compromiso, de la solidaridad, del esfuerzo y de la lealtad. Por explicarles que el error es un aprendizaje y el éxito también. Por remontar con ellos barriletes y surfear olas, por dibujar manzanas y jugar juegos de mesa. Por preocuparte y protegernos. Por enseñarles que uno se puede caer, pero lo que no puede hacer es quedarse tirado en el piso. Por cada día poder admirarte. Por mostrarles el modelo de hombre con el que yo quiero que se identifiquen en su vida adulta.
Por todo eso, gracias.
Y por todo eso, feliz Día del Padre.
Te amo.


Este post se publicó originalmente en Disney Babble.

Cómo transitar un embarazo difícil

 

Con mi segundo hijo, pasé cuatro meses en reposo. Fue muy complicado manejar la culpa por sentir que mi cuerpo lo ponía en riesgo. Post en Disney Babble

17 jun 2015

El manual para padres de Intensa-Mente


Llegamos al cine 15 minutos antes de que empiece la función. “Es tarde”, dice mi hija. “Estamos bien”, dice mi hijo. Cada uno expresa una emoción distinta y ese diálogo no puede ser más adecuado a la película que estamos por entrar a ver: Intensa-Mente.
El nuevo estreno de Disney es otra obra maestra de Pixar. Como el estudio nos tiene acostumbrados, es otra genialidad de animación, tiene otra vez personajes queribles, gags divertidos, emoción sin golpes bajos y un guión perfecto. Pero es algo más. Como ninguna otra película de Pixar, es un manual para padres. Lecciones de paternidad y enseñanzas para los más chicos que, sin exagerar, pueden cambiar la forma de encarar la vida.
Tengo una hija que está por cumplir 10 años así que el planteo de la película me toca muy de cerca: ¿qué pasa en la cabeza de una niña de 11 años? ¿Por qué puede ser tan dócil y, de pronto, sentir que es una desconocida? ¿Qué sucede que está en un momento bien y al siguiente estalla en un ataque de furia? ¿Por qué me dice a veces “estoy triste y no sé por qué”?
La explicación que encontró el gran Pete Docter (el mismo director de Monsters Inc y Up: una aventura de altura)  no pasa por la neurociencia ni la psicología, sino que es mucho más poética y divertida. Cinco emociones, caracterizadas cada una por un color, pugnan por manejar una consola que organiza los pensamientos, palabras y acciones de Riley: Alegría amarilla, Tristeza azul, Desagrado verde, Furia roja y Temor violeta. Pero el cerebro no es tan sencillo. Hay también millones de recuerdos clasificados en distintas categorías (centrales, profundos, olvidados), “islas” que forman la estructura de la personalidad de una persona (la honestidad, la amistad, la familia, la diversión, su deporte favorito), el infaltable amigo imaginario y hasta unos personajes que son los responsables de que nos vuelva a la cabeza una y otra vez esa canción tan pegadiza.  
Riley se muda de ciudad y su mundo se complica bastante… todo por un problema en el comando de la consola.
Nada más vamos a contar aquí de Intensa-Mente, que los niños disfrutarán de principio a fin y también los grandes (probablemente sea la película más para “adultos” de Pixar), pero les advierto que sus hijos van a usar este universo imaginario en su contra. “Son las personitas que tengo adentro de mi cabeza”, me contestó la mía, cuando salimos del cine y, charlando sobre la película, le pregunté por qué a ella le pasaba lo mismo que a Riley a veces.
Pero esas personitas nos enseñan a los padres que nada de lo que ocurre en la cabeza de nuestros hijos es lineal, como tampoco lo es lo que ocurre en nuestras cabezas (la escena de la mesa familiar es antológica). Las emociones nos dominan, y muchas veces no podemos entender por qué. Pero sí podemos aprender a manejarlas. Y, aunque sea un juego de palabras, para manejarlas tenemos que entenderlas.
Intensa-Mente nos muestra que se necesita una cuota de cada una de estas emociones. Hay que sacar la furia sin violencia, y hay que enseñarles a los hijos a canalizarla para expresarse ante una situación injusta. Hay que permitirse el desagrado sin caer en el prejuicio, y hay que enseñarles a los hijos a usarlo para evitar lo que nos hace daño. Hay que aceptar el temor sin paralizarse, y enseñarles a los hijos que escuchar sus señales es un método de supervivencia. Hay que sentir la tristeza sin que se nos haga patológica, y enseñarles a los hijos que las lágrimas son parte de la vida. Hay que disfrutar la alegría sin límites y enseñarles a los hijos a guardar la mayor cantidad de recuerdos dorados en los archivos de su cuartel central.
Y la última lección, que parece que la pusieron para mí: a prepararse para la adolescencia, porque las emociones vienen con todos los colores mezclados. 


Post en Disney Babble

8 jun 2015

10 lecciones contra la violencia de género que le enseñé a mi hija


La marcha #Niunamenos fue una gran oportunidad para transmitirle conceptos para evitar que en un futuro sea víctima de una pareja violenta. Post en Disney Babble.

5 jun 2015

El ballet no es un buen ejercicio para las chicas


El sobrepeso y la obesidad infantil son un problema global: los padecen 1 de cada 4 chicos en América Latina, y Argentina tiene la tasa más alta de la región en obesidad en edad preescolar (7,3%) de acuerdo a datos difundidos por la Fundación Interamericana del Corazón.

Una de las causas del problema es que los chicos no hacen la actividad física suficiente, que ya de por sí en la escuela suele ser pobre. En Estados Unidos, por ejemplo, el Centro para el Control de las Enfermedades recomienda que todos los chicos hagan media hora de actividad intensa extra escolar. Aquí, sólo el 40% de los alumnos realiza alguna práctica fuera del horario escolar. Y quizás tampoco eso sea suficiente.




Un nuevo estudio advierte que la danza, una de las alternativas más populares que buscamos los padres --en especial de las nenas-- para que se "muevan” probablemente no estén surtiendo el efecto buscado.

La investigación la hicieron especialistas de la Universidad de California San Diego y la publicaron en la revista Pediatrics, de la Asociación Estadounidense de Pediatría. Los expertos analizaron 66 clases de 264 nenas en 21 centros públicos y privados de San Diego, Estados Unidos. Estudiaron siete tipos de danza, incluyendo las más difundidas (ballet, salsa, hip-hop, tap) con acelerómetros, para calcular los niveles de actividad durante las clases.




¿Qué demostraron? En primer lugar, que del total sólo el 8% de las nenas de entre 5 y 10 años estaban teniendo los 30 minutos de actividad física vigorosa extra-escolar recomendada. Pero también probaron que, de todas las danzas estudiadas, el ballet es una de las que menos funciona en términos de intensidad en la actividad física. En promedio, las alumnas pasaron sólo el 30% de la clase en una actividad moderada a vigorosa. La única que tuvo valores más bajos fue el flamenco, del 14%. ¿La mejor? El hip hop, con casi un 60% del tiempo de la clase invertido en una actividad intensa. La salsa y el folclore estuvieron cerca del 40%, valores similares al tap. La danza jazz se acercó al 50%. En el grupo de adolescentes (entre 11 y 18 años) los valores fueron todavía más bajos.

Los expertos que lideraron la investigación dicen que la danza es una gran oportunidad para que los chicos se muevan, pero que es clave mejorar los métodos de enseñanza para “incrementar la actividad en todos los tipos o poner mayor énfasis en los tipos de danza más activos”.

2 jun 2015

#NiUnaMenos, los chicos y la violencia de género


Impulsada por las redes sociales, la marcha va al Congreso para pedir acciones contra los femicidios. Para reflexionar con los hijos. Post en Disney Babble