Hace pocos días, parques y plazas de toda la Argentina se llenaron de mujeres dando de mamar a sus bebés, en protesta porque una mamá fue obligada por policías a retirarse de un espacio público en San Isidro, una localidad al norte de Buenos Aires, porque le estaba dando la teta a su bebé. La misma reacción tuvieron otras mamás, tres meses atrás, en México: se convocaron a una “teteada” masiva para reclamar por un caso similar que le ocurrió a una madre en un centro comercial de Guadalajara.
También en México, recientemente se difundió un video en el que una mujer (sí, una mujer) increpaba a otra que estaba dando la teta en un parque a que se cubriera porque “hay niños y los pechos no se exhiben”, mientras le exigía que se fuera a alimentar a su bebé a su casa.
¿Parece la prehistoria, no? Pero es aquí y ahora. Y la fuerte polémica que también se debate en Internet por la política de las redes sociales de dar de baja fotos en las que se ve o se insinúa una teta por “pornográficas”, demuestran que los prejuicios sobre las madres que amamantan no son aislados, sino que están enraizados fuerte en nuestras sociedades.
¿Por qué da tanto pánico una teta en un mundo en el que los cuerpos femeninos están erotizados y exhibidos sin ningún pudor en las revistas, las publicidades callejeras y el prime time televisivo? La modelo estadounidense Maria Corry mostró el absurdo: después de que Facebook censurara fotos suyas amamantando, puso una en la que amamantaba, sí, pero tapó a su bebé con otra foto de una modelo de Victoria’s Secret en microbikini. Obvio que ésa no la dieron de baja.
Creo que una mamá que amamanta no tiene que hacerse cargo del prejuicio ajeno sobre ese acto sino, por el contrario, concentrar su energía en entender sus derechos y hacerlos valer. Ninguna ley te puede prohibir amamantar porque es uno de los actos más naturales de la biología humana, que ha garantizado la supervivencia de la especie por siglos: recordemos que la leche maternizada es un invento moderno, y que antiguamente eran otras mamás que amamantaban las que ayudaban a dar la teta a sus hijos a quienes, por un motivo u otro, no podían (de allí la expresión de “hermanos de leche” para los bebés que habían sido amamantados por una misma mujer).
En la Semana de la Lactancia Materna, y entre tanta mirada retrógrada, te recuerdo cinco datos clave que no debes olvidar si le estás dando (o le estás por dar) la teta a tu bebé:
- Ninguna ley te prohíbe amamantar. Es falso que se hayan aprobado normativas que prohiban dar el pecho en público. Y muchos países, como Argentina, tienen leyes que, por el contrario, protegen y estimulan la lactancia materna.
- La propia Organización Mundial de la Salud (OMS), la máxima autoridad sanitaria mundial, dice que “el amamantamiento debe hacerse ‘a demanda’, siempre que el niño lo pida, de día y de noche”. Está claro, entonces, que también debe hacerse donde lo pida, sin importar que sea una plaza, un parque, un transporte público o un restaurante.
- La leche materna aporta beneficios irremplazables para el bebé, porque le suministra todos los nutrientes que necesita para un desarrollo sano. Además, contiene anticuerpos que ayudan a protegerlos de enfermedades frecuentes como la diarrea y la neumonía, que son las dos causas principales de mortalidad en la niñez en todo el mundo, señala también la OMS.
- La lactancia es además beneficiosa para las madres: amamantar reduce el riesgo de cáncer de mama y de ovario, diabetes de tipo 2 y depresión postparto.
- Todas las mujeres podemos amamantar, pero no a todas nos es igual de sencillo. Asesórate con grupos especializados o con tu médico sobre cómo lograr que tu experiencia de lactancia sea lo más placentera posible para ti para tu hijo.
Esta nota se publicó originalmente en Disney Babble Latinoamérica
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