5 cosas que odio de volver a clases




Empiezan las clases. En cada familia se puede vivir con alegría (porque los chicos vuelven al colegio) o con desazón (porque también volvemos nosotros).

En mi caso es una mezcla de ambas. Porque siento que volver a nuestra rutina deseada es sano. Pero también hay cosas que, claro, me molestan. Porque incluso a la madre “escolar” más perfecta hay cosas que le molestan. Esto es lo que yo odio de volver al colegio.

1. Que por todos lados la ciudad esté llena de carteles de vuelta al cole. Si como yo te tomaste vacaciones la segunda quincena de febrero, está el marketing para recordarte que tus vacaciones están devaluadas respecto de los que se fueron en enero. Vas al súper a comprar protector solar y las promociones son de repuestos de 480 hojas. Mátame.

2. Que siempre llego tarde a organizar la mochila. Consecuencia de lo anterior: te fuiste en febrero, volvés dos días antes de que empiecen las clases (¿hay necesidad de arrancar el ciclo lectivo un jueves? ¿Eso va a garantizar que nuestros chicos cumplan los siempre postergados 190 días de clases?), tenés que comprar todos los útiles, probarles la ropa y rogar a Dios y a todos los Santos que el local de uniformes escolares tenga la remera del talle de tu hijo. Igual, talle no va a haber y va a tener que empezar con la remera gastada del año anterior. 

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3. Que la escuela nunca te manda la lista de materiales completa. Fuiste a la librería que tenías descuento y queda del otro lado de la ciudad, hiciste media hora de cola en el supermercado porque había promo con tu tarjeta, o te organizaste con otras mamás en compra mayorista, pensás que tenés todo resuelto y te siguen pidiendo cuadernos ABC con pintitas violeta hasta mayo.

4. Que tengo que empezar a pensar otra vez en la vianda de cada día. Estoy convencida de que es el peor castigo de toda madre con hijos en edad escolar y yo tengo suerte porque los míos sólo llevan la merienda de media mañana. Y ya es una lucha diaria para elegir opciones sanas y ricas, y evangelizarlos para que los viernes de buffet no compren papas fritas en el recreo de las 9. ¿Nuestros dirigentes tan preocupados por la salud de nuestra población se ocuparán en serio alguna vez de regular a los kioscos de los colegios para que sean realmente saludables?

5. Que tengo que volver a levantarme tempranísimo. De solo pensar en que otra vez tengo que poner el despertador a las 6, quiero llorar. Creo que tiene un impacto biológico levantarse de noche, las neurociencias deberían estudiarlo. Obvio que siempre me termino acostando tarde, duermo poco, me siento mal, me convierto en una madre irritable, mis hijos me odian. Y ahí es cuando pienso, como en la canción de Los Raviolis, que debería haberlos mandado al turno tarde. Se las dejo para que la escuchen si no la conocen y para que la vuelvan a escuchar si sí. Y pongámosle un poco de humor a la vuelta al cole, que cuando los que íbamos éramos nosotros, ¡estos días eran todavía peores!



Adriana Santagati

Soy periodista desde hace 20 años y mamá desde hace 10. Edito en Clarín Sociedad, soy blogger en Disney Babble y escribo en Ciudad Nueva. En este blog recopilo noticias, consejos, experiencias y reflexiones sobre todo lo que nos atraviesa en nuestra vida cotidiana (y en especial en la maternidad/paternidad).

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