Ya les he contado aquí de por qué decidí inculcarles a mis hijos el amor por el deporte o, mejor dicho, por una práctica deportiva que pueda ayudarlos a vivir más saludablemente, incorporar valores y también divertirse. No es fácil: implica lidiar contra el sedentarismo que tanto tienta (si incluso a los grandes nos tienta a veces quedarnos tirados mirando una serie en el sillón, ¿cómo no los va a tentar a ellos quedarse conectados horas con sus dispositivos), con nuestro propio cansancio (sí, hay que saberlo, te convertís no sólo en el remisero que los lleva al entrenamiento dos veces por semana, sino también en el que los tiene que llevar al partido del otro lado de la ciudad el domingo a las 8 de la mañana), con los temores propios (“¿Y si se lastima?”. Sí, se lastima, es inevitable, pero a golpes nos hacemos fuertes también) y con las situaciones particulares de cada niño, cada madre, cada padre y cada familia.
Pero hacer deporte está bueno. Es una gran enseñanza que les podés dejar a tus hijos. Y es fundamental el acompañamiento de los padres para que el chico pueda encontrar lo que le gusta y fortalecerse en esa práctica.
A propósito de su Spring Roller, la rolleada familiar que organiza cada año, Farmacity difundió un dossier de consejos para padres de la psicóloga María Constanza Castro, especialista en psicología aplicada al deporte. Si todavía no te animaste a impulsarlos a moverse, tenés dudas o no sabés cómo hacerlo, son una buena guía. Y para empezar a probar, el domingo 17 desde las 8 habrá actividades deportivas gratuitas para toda la familia, como una master class de baile y zumba, además de la ya tradicional carrera de rollers (a partir de los 4 años) para la que hay que inscribirse a través de www.springroller.com o en el Club de Corredores.
1. Los padres deben favorecer la participación de sus hijos en actividades físicas y deportivas más allá de la escuela. Para eso, conocer la oferta de su localidad, animarlos a participar y tener en cuenta que el propio ejemplo es siempre la mejor estrategia.
2. Ayudar a los chicos a decidir cómo practicar deporte y a elegir qué deporte, pero no olvidar que la elección se debe basar en las preferencias de los hijos. Considerar las características del chico y también del deporte, puesto que las exigencias no son las mismas en un deporte recreativo que en uno de competición. Tampoco lo son en uno individual frente a uno de equipo.
3. Al elegir club, confirmar que los entrenadores aplican los principios psicopedagógicos fundamentales del entrenamiento para jóvenes, además de estar técnicamente preparados.
4. Mostrar interés por las actividades deportivas de los hijos. Saber escuchar y estar disponible cuando necesitan algún consejo.
5. Asegurarse que los niños practican deporte de una manera saludable, en un ambiente de diversión en el que se ponga el énfasis en el esfuerzo por realizarlo lo mejor posible.
6. Ayudar en las tareas logísticas del club o escuela deportiva. La participación de los niños exige importantes esfuerzos organizativos.
8. Aceptar los éxitos y fracasos, orientándolos siempre a la motivación y a la mejora.
9. Mostrar una dedicación e intereses adecuados. Esto es,encontrar un equilibrio entre no dar importancia o ignorar la práctica deportiva y estar extremadamente implicados.
10. Ser un modelo de autocontrol. La forma de comportarse de los padres en una competencia es un medio educativo mucho más determinante que cualquier charla o explicación.
Foto: Farmacity
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