En estos meses, parece que se puso de moda otra vez la Mujer Maravilla. Pero la verdadera Mujer Maravilla no es una amazona que se enfrenta a legiones de malvados. Eso, digamos, cualquiera lo puede hacer. A ver, Mujer Maravilla, ¿te animas a enfrentarte a criar a un bebé o, ni hablar, a mellizos?
Las madres desarrollamos verdaderos superpoderes. Esos que nunca jamás creÃas que tendrÃas, y de pronto te encuentras, por ejemplo, haciendo todo, ABSOLUTAMENTE TODO con una mano. Porque en la otra, claro, llevas un niño. Ese, creo, de todos es el superpoder de la maternidad que más me sigue sorprendiendo. Yo, que soy bastante inútil con mi desarrollo espacio-temporal, me descubrà de pronto encajando a mi beba con sus dos piernitas en mi cadera mientras la sostenÃa con la mano derecha y con la otra, la inhábil, siendo capaz de pelearme con un oso hambriento en un bosque. O, en su defecto, preparando la mamadera de fórmula, poniendo el lavarropas, abriendo la puerta de casa con la compra del súper, cocinando la cena… casi, como pelearme con el oso en el bosque.
TodavÃa hoy me sigue fascinando cuando veo a otras mamás en la calle haciendo lo mismo, y más cuando el bebé en cuestión es el segundo niño. ¡El superpoder más superpoder es hacer todo con las dos manos ocupadas! Una sosteniendo al pequeñÃn y la otra intentando controlar al grandulón…
Pero si las madres somos verdaderas superheroÃnas es porque, a diferencia de las de la tele, nosotras tenemos más de un superpoder. Por ejemplo, la capacidad auditiva de un canino. ¿Tampoco sabÃas que lo tenÃas, verdad? Bueno, si se cae un alfiler en el cuarto de tu niño, a las cuatro de la madrugada, y cuando tú estás dormida, lo vas a escuchar. El desarrollo extremo del olfato, capaz de detectar la necesidad de un cambio de pañal en un radio de diez metros, ya nos parece algo común…
Otro extraordinario superpoder maternal es la facultad de dormir poco, fragmentado, en situaciones insólitas (si tu recién nacido se duerme a las tres de la tarde, ¡tú te duermes a las tres de la tarde!) e igual asà seguir todo el dÃa. Estoy segura de que hay papás que también ponen el cuerpo, pero también estoy segura de que ninguno puede resistir tanto tiempo durmiendo mal como nosotras (bueno, a veces nos alteramos un poco, pero es que somos superheroÃnas humanas). Lo mismo se aplica a nuestra capacidad para resolver satisfactoriamente del mismo modo —poco, fragmentado, en situaciones insólitas— otras tareas cotidianas como comer, ducharnos, ir al baño, pintarnos las uñas… y sigue la lista.
Cuando te des cuenta de que eres una verdadera chica superpoderosa, ¡no te para nadie! Te podrás enfrentar a cualquier villano y, especialmente, tomarte de manera más divertida y relajada estas aventuras de la maternidad.
Foto: Flickr
Este post se publicó originalmente en Disney Baby Latinoamérica
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