El bullying es un drama que deja marcas muy difíciles de borrar en quienes lo sufren. Una pesadilla que dura semanas, meses y hasta años.
Cada 2 de mayo, se conmemora el Día Internacional contra el Bullying, para generar conciencia sobre este problema que no distingue sexo, edad ni clase social y que se potencia con la mayor difusión de las tecnologías.
Este año, el Consejo Publicitario Argentino lanzó un sitio en el que brinda información sobre el bullying. Me parecieron interesantes compartir los consejos dirigidos especialmente a los padres.
¿Cuáles son las señales de alarma que posibilitan detectar actos de acoso para con un hijo?
• Cambio súbito de comportamiento
• Pérdida de pertenencias
• Se muestra irritable, llora, se angustia con facilidad
• Se critica en exceso
• Se queja de que le dicen cosas feas
• Refiere sentir dificultad para defenderse
• Hace amigos no del todo indicados
• Comienza a ver películas de violencia o a manejar y expresar violencia verbal
• Expresa deseos de abandonar el colegio
• Se vuelve más agresivo y poco razonable en el intercambio con figuras de autoridad
• Presenta ideación o lenguaje vinculado a la posibilidad de cometer suicidio
• Intenta evitar la escuela
• Disminuye su rendimiento académico
¿Qué hacer ante las sospecha de que un hijo es víctima de bullying?
Primero, intentar encontrar datos para entender qué está pasando. Frente a la sospecha, lo mejor es sentarse a conversar con ellos de manera abierta, sin prejuicios y anticipando que nada ocurrirá si nos cuentan que algo malo está sucediéndoles en la escuela.
Es importante generar con los hijos un diálogo abierto desde pequeños y en forma diaria. Tenemos que entender que si el chico no está habituado a hablar con sus padres, difícilmente se abra frente a una situación de conflicto.
Al hablar con un hijo sobre esta situación, hacer que se sienta acompañado, contenido y protegido. Escucharlo sin juzgarlo. Controlar lo que surge en nosotros mismos (angustias, bronca, enojo, etc.). Mantener la calma y solicitar ayuda para manejar la situación.
Entender que estas situaciones son complejas de resolver porque intervienen muchas cuestiones (la escuela, los vínculos de amistad, la personalidad de nuestro hijo). Por eso mismo, no temer pedir ayuda. Lo que no se debe hacer es resolver por nuestros propios medios la situación.
Si el acoso ocurre en la escuela, hay que informarlo al docente y a las autoridades para que instrumenten herramientas para afrontar el caso. Si sentimos que la respuesta de la escuela no es suficiente, recurrir a profesionales especializados. En este link, los sitios, entidades y profesionales que recomiendan para consultar o pedir ayuda.
Foto: Flickr / Thomas Rucker
No hay comentarios:
Publicar un comentario