En las últimas semanas, me encontré con muchos adultos --varios de ellos padres-- hablando de una serie supuestamente para adolescentes: "13 reasons why". Es el lanzamiento más exitoso de la historia de Netflix y tiene como productora a la estrella teen Selena Gomez. Como producto audiovisual, ofrece una narración impecable, un rítmico guión que va y viene entre el presente y el pasado, una banda sonora poderosa y personajes que generan empatía instantánea. Pero lo que la destaca de la media es su temática. La serie arranca con su protagonista muerta. Y el tema central es el suicidio adolescente, atravesado por el bullying, la complejidad de las relaciones entre pares, la dificultad de los adultos de abordar a nuestros hijos y sus problemas.
No voy a hablar de la serie aquí, que ya se ha escrito mucho, sino del tema tabú con el que se mete: el suicidio. En algunos países empezaron a levantarse voces críticas de especialistas en salud mental que cuestionan una cierta idealización romántica que podría desprenderse de la serie y que la protagonista apunta a los "culpables" de su decisión (las 13 razones a las que alude el título).
Tratar los medios esta temática es difícil. Los que hacemos periodismo desde hace muchos años sabemos que mencionar que alguien se suicidó en una nota estaba prácticamente prohibido. El año pasado, la Organización Mundial de la Salud lanzó un documento que marcó la gravedad del problema y expuso la necesidad de abordarlo: "Un imperativo global", se llamó la publicación. Algunos datos que ponen el contexto de lo que estamos hablando:
- Más de 800.000 personas mueren cada año por suicidio en el mundo.
- Es la segunda causa principal de muerte entre personas de 15 a 29 años de edad.
- Hay indicios de que, por cada adulto que se suicidó, posiblemente más de otros 20 intentaron suicidarse.
La OMS remarca que los suicidios son prevenibles y apunta a la importancia de que los estados y las comunidades sean pilares de una estrategia integral multisectorial de prevención.
Pero la serie de Netflix, que nos muestra a padres que podríamos ser nosotros y a chicos que podrían ser nuestros hijos, nos deja el corazón chiquito y la cabeza llena de preguntas: ¿puede mi hijo estar pasando por esto y yo no darme cuenta? ¿Qué es lo que se puede hacer para prevenir las conductas suicidas?
Es un tema extremadamente complejo. Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, que también ofrecen en su sitio web varios documentos al respecto, señalan que muchas personas tienen factores de riesgo, pero no intentan suicidarse. Y remarcan algo muy interesante: "El suicidio no es una respuesta normal al estrés. Sin embargo, sí es un signo de angustia extrema, y no un intento inofensivo de llamar la atención".
¿Cuáles son esos factores de riesgo?
- Depresión, otros trastornos mentales o problemas de abuso de sustancias
- Intento previo de suicidio
- Antecedentes familiares de trastornos mentales o abuso de sustancias
- Antecedentes familiares de suicidio
- Violencia familiar, incluyendo el abuso físico o sexual
- Presencia de pistolas o armas de fuego en el hogar
- Reclusión o encarcelación (estar preso o en la cárcel)
- Exposición al comportamiento suicida de otras personas, como parientes, compañeros o personajes famosos
La serie plantea puntualmente la incidencia del bullying como factor determinante en la conducta suicida de la protagonista. Varios estudios están analizando cómo el acoso se relaciona con el suicidio. "El acosado en la niñez o en la adolescencia, si no es ayudado a recomponer la dignidad que como persona le corresponde, puede traducir su frustración en un autocastigo suicida", escribe Carlos Boronat, asesor científico del Centro de Asistencia al Suicida (CAS) de Buenos Aires, en un texto que aborda este tema y que está disponible en la web de la ONG.
Por eso, es importantísimo estar atentos en primer lugar a los signos que pueden dar indicio de que un chico es víctima de bullying y también a ciertas conductas que puedan indicar una tendencia suicida. En esta nota podés leer más sobre los síntomas del acoso y qué hacer.
La Sociedad Argentina de Pediatría publicó hace unos años un documento específico sobre este tema. En él define al suicidio como “todo acto por el que un individuo se causa a sí mismo una lesión o un daño, con un grado variable de la Intención de morir, cualquiera sea el grado de intención letal o de conocimiento del verdadero móvil”. Y explica que en la adolescencia “pueden existir diferentes situaciones en respuesta o reacción a la
crisis vital de este grupo etario, que van desde cortes, autolesiones, ideas suicidas, intentos de suicidio y suicidios. Su gravedad reside en la persistencia y/o estabilidad temporal de los síntomas. Nunca se deben minimizar las conductas auto lesivas, pues nos hablan de un malestar o un padecer en los individuos, donde la intervención oportuna previene comportamientos de riesgo a futuro”.
¿Cuáles son esas señales específicas en los chicos?
- Cambios en los hábitos de dormir y de comer.
- Retraimiento de sus amigos, de su familia o de sus actividades habituales.
- Comportamientos rebeldes, actitudes violentas
- Escaparse de la casa (actuaciones o acting outs).
- Abandono fuera de lo común en su apariencia personal.
- Cambios pronunciados en su personalidad.
- Aburrimiento persistente, dificultad para concentrarse,
- Deterioro en la calidad de su trabajo escolar.
- Quejas somáticas frecuentes.
- Pérdida de interés en cosas que antes les parecían divertidas.
- Tendencia a la queja permanente.
- Apatía exacerbada, indiferencia.
- Desinterés por el orden y la limpieza, y por objetos por los cuales antes se veían entusiasmados.
- Donación de objetos estimados.
- Ideación suicida concreta y pensamientos de muerte.
- Comunicaciones escritas o verbales que describen intencionalidad y a veces el plan suicida.
Los expertos de la SAP señalan que la presencia de estos indicios, sobre todo en chicos con antecedentes suicidas o que sufrieron pérdidas (mudanza, partida de un amigo, duelo) o rupturas en el entorno (conflictos de separación de los padres, ruptura sentimental), “hará sospechar un nuevo paso al acto y debería incitar al médico a tomar medidas concretas para proteger al adolescente”. Estas medidas, además de la consulta específica, “incluyen la reorganización momentánea del entorno de vida para quitar todo tipo de elemento que pueda ser utilizado para quitarse la vida (armas de fuego, drogas de todo tipo, cuerdas, cinturones) y la hospitalización o acogida en un hogar que pueda cuidarlo más efectivamente”.
Como siempre en estos temas tan sensibles, el mejor consejo que se puede dar es pedir ayuda. Incluso ante la duda, consultar en los lugares adecuados. Aquí les dejo un listado de links donde pueden encontrar más información y también consultar.
- Centro de Asistencia al Suicida
- Sociedad Argentina de Pediatría
- Ministerio de Salud
- Libres de Bullying
- Institutos de Salud de Estados Unidos
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