Por qué es importante que los chicos se ensucien




Ensuciarse, desordenar y equivocarse son imprescindibles para que los chicos desarrollen su creatividad e imaginación. Aquí, algunos consejos de una experta para que las madres los ayuden sin desesperarse.



Que la madre que conteste “jamás” tire la primera piedra… ¿Cuántas veces le dijimos a un hijo que no jugara a algo por no ensuciarse? Una reciente encuesta revela que somos muchas. Y más: que un alto porcentaje no promueve nunca un juego que lleve a “enchastrarse”.


Encarada por la marca Ala, la encuesta muestra que el 34% de las madres nunca o casi nunca ofrecen materiales para jugar con los cuales los chicos pueden ensuciarse, mientras que el 89% responde siempre o casi siempre a sus preguntas de cualquier tipo. Otros datos son también significativos: el 84% habilitan a sus chicos a hacer juegos de construcciones, pero el 39% de las madres no los invita a jugar juegos de representación y el 31% nunca les cuenta cuentos inventados.


“Cuando trasladamos a nuestros hijos nuestras rigideces personales, que se traducen en prejuicios, achicamos la ventana por la que ellos miran al mundo”, señala la psicóloga Maritchu Seitún en un cuadernillo que acompaña la campaña del “Test del enchastre” y que aporta interesantes reflexiones y consejos para padres sobre la importancia de jugar. Aquí les comparto algunos:

  • La madre es la figura de apego y referente principal para sus hijos, por lo que sus gestos y actitudes les transmiten información clave. Es importante por eso que la mamá se flexibilice para ampliar el modelo que ofrece y para no inhibirlos.
  • Muchas veces nos atenemos automáticamente a códigos socioculturales (por ejemplo, que el barro es sucio o no dejar que nos moje la lluvia) y sin darnos cuenta vamos anestesiando la curiosidad, la imaginación, la creatividad y la investigación en los chicos.
  • La determinación y la confianza se relacionan con ellos porque crecen por el sólo hecho de favorecerlos. Pero podemos colaborar con su desarrollo al animarlos a investigar, a equivocarse y a seguir intentándolo.
  • Favorecer la curiosidad de los hijos implica dejarlos usar juguetes y objetos que quieran sin preocuparse por su uso “correcto”; interesarse por su forma personal de explorar, jugar y hacer; ofrecerles materiales poco estructurados para jugar; permitir los experimentos en casa con cierto nivel de caos y suciedad; invitarlos a hacer regalos caseros para familiares y amigos; cocinar con ellos; contestar preguntas; y tolerar que mientras jueguen se ensucien y desordenen.
  • Seitún recomienda promover los juegos de roles y los cuentos porque son recursos muy importantes para aprender y para “practicar” situaciones de la vida cotidiana. También hay que permitir los ensayos de funcionamiento de tareas diarias, aunque sus resultados no sean los esperados (por ejemplo, que el pelo no quede bien enjugado o la mesa no esté bien puesta).
  • Y un último resumen. Invitar a los hijos a investigar, experimentar, tocar, probar, intentar, resolver, revisar, descubrir, imaginar, crear, preguntar, equivocarse y ensuciarse. Para eso hay que acostumbrarse a decir más “qué bueno”, “probá”, “no te preocupes” y “qué divertido” y menos “pedí permiso”, “quédate quieto”, “mirá pero no toqués” y “así no”.
 Foto: Ala
 

Adriana Santagati

Soy periodista desde hace 20 años y mamá desde hace 10. Edito en Clarín Sociedad, soy blogger en Disney Babble y escribo en Ciudad Nueva. En este blog recopilo noticias, consejos, experiencias y reflexiones sobre todo lo que nos atraviesa en nuestra vida cotidiana (y en especial en la maternidad/paternidad).

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