Desde este año, por calendario nacional de vacunación, también los varones de 11 años deberán recibir la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH). La indicación es importante y varias entidades médicas salieron a respaldar su seguridad y a recordar que deben dársela tanto las chicas (que ya la tenían incluida entre las vacunas obligatorias) como los chicos.
La recomendación se volvió a hacer por la difusión en las últimas semanas de voces críticas contra esta vacuna, organizadas en agrupaciones en países como Colombia y España.
Primero, una toma de posición: defiendo las vacunas como cualquier avance médico que nos permita mejorar nuestra calidad de vida y cuidar nuestra salud. Pero es la Organización Mundial de la Salud (OMS), la máxima autoridad sanitaria mundial, la que avala las vacunas como una estrategia de salud pública. Y, en este caso, va más allá de una cuestión personal: hay que vacunarse para protegerse uno y porque al estar uno vacunado, se protege a toda la comunidad en la que uno se mueve. Por eso es que las autoridades sanitarias encienden la alarma por los movimientos anti vacunas que en los últimos tiempos empezaron a aparecer en algunos países, en Estados Unidos particularmente con mucha fuerza.
Pero hablemos ahora de la vacuna del VPH. Fue una vacuna resistida desde su aprobación porque de alguna manera involucra un tema que sigue siendo tabú en nuestra sociedad: la sexualidad. Sin embargo, que una chica de 11 años reciba la vacuna no tiene nada que ver con su actividad sexual: el inicio de su vida sexual tiene que ver con otros factores y no con si está vacunada o no. La indicación de los 11 años es porque se demostró que la inmunización es más efectiva en las mujeres que no tuvieron ningún contacto con los tipos del virus usado en la vacuna, por eso se recomienda aplicar entre los 10 a 13 años. En Argentina se distribuyen dos marcas y se aplican dos dosis, la segunda a los seis meses de la primera.
“La OMS recomienda incluir la vacunación contra el VPH en los programas nacionales de inmunización allí donde la prevención del cáncer cervicouterino sea una prioridad de salud pública; la adopción de la vacuna sea viable en términos programáticos y sostenible económicamente, y se haya analizado apropiadamente la costoeficacia de la medida”, detalla un documento del organismo, que aclara que estos programas tienen que ser parte de “una estrategia coordinada que incluya educación sobre los comportamientos de riesgo de infección por VPH e información que explicite que la vacunación no sustituye a los programas de cribado sistemático del cáncer cervicouterino”. Está claro: la vacuna no reemplaza al control ginecológico anual, el papanicolau que tan famoso hizo en los 80 Tita Merello.
Los virus del papiloma humano son unos 100, explica el Ministerio de Salud de la Nación, pero unos 40 afectan la zona genital y anal. Estos se dividen a su vez en dos grupos. Los “de bajo riesgo oncogénico” generalmente se asocian a las lesiones benignas, como las verrugas y las lesiones de bajo grado. Los de “de alto riesgo oncogénico” también pueden producir verrugas, pero se asocian fundamentalmente a las lesiones precancerosas, que son las que pueden evolucionar lentamente a un cáncer, y el más frecuente es el de cuello de útero. Sin embargo, en los últimos años se detectó también un aumento de los cánceres bucales también en hombres, por la práctica de sexo oral.
De estos 15 virus de riesgo oncogénico, los más comunes son el 16 y el 18 y según datos de la OMS causan el 70% de los casos de cáncer cervicouterino, una enfermedad que afecta cada año a 500.000 mujeres en todo el mundo y provoca 260.000 muertes. La mayoría de las afectadas por las enfermedades que causa el VPH son mujeres adultas de países de ingresos bajos. La mayoría de ellas se infecta poco después de iniciar su vida sexual, pero el cáncer cervicouterino puede tardar décadas en desarrollarse.
En la Argentina, apunta la Sociedad Argentina de Infectología, causa 1.500 muertes por año. “La vacuna de VPH previene el cáncer de cuello uterino y otros cánceres y es fundamental su indicación para proteger a toda la población”, remarca esta entidad médica. Desde la Fundación Huésped aportan otros datos: “Diversas experiencias mundiales muestran en las poblaciones vacunadas reducciones de hasta un 90% en verrugas y casi un 80% en las tasas de infección por VPH asociados al cáncer”. Y suman estadísticas sobre la seguridad de la vacuna: “A la fecha, la OMS ha evaluado la seguridad en más de 200 millones de dosis aplicadas en el mundo sin un riesgo especialmente alto de complicaciones. Como con todas las vacunas, en ocasiones pueden presentarse reacciones adversas, la mayor parte de ellas ligeros, que se han calculado de 1 cada 100.000 casos. En Argentina la vigilancia pasiva de eventos supuestamente atribuibles a la vacunación e inmunización (ESAVI) con más de 2 millones de dosis aplicadas de vacuna contra VPH desde su incorporación, cuenta con 208 ESAVI notificados (el 0,01%). De ellos, el 96% fueron leves y moderados, con sólo 8 (el 0,0004% del total de las dosis aplicadas) eventos graves (rash, síncopes vasovagales y broncoespasmo) con recuperación sin secuelas en todos los casos”.
¿Por qué deben vacunarse también los varones? No sólo porque el VPH causa el 50% de los casos de cáncer de pene, que tiene frecuentemente un diagnóstico tardío, sino por lo que se llama “protección de rebaño”, como lo explicó a Télam el especialista Silvio Tatti, profesor titular de Ginecología de la Universidad de Buenos Aires. Si se alcanzara una cobertura superior al 80% se lograría “disminuir la circulación de VPH entre hombres y mujeres”, asegura el experto, quien sostiene que “vacunar a hombres y mujeres permite un aumento de la equidad de género en la prevención de enfermedades relacionadas al VPH”. Proteger a los varones y, disminuyendo las tasas de infección en ellos, estarán también más protegidas las mujeres.
En estos sitios médicos de información confiable hay mucho material para leer sobre el tema. Y si tienen dudas, consulten con su pediatra. La vacuna del VPH no es una elección: es una obligación que como padres tenemos que cumplir con nuestros hijos.
Ilustración: Ministerio de Salud de la Nación
No hay comentarios:
Publicar un comentario