Las fotos que muestran los diarios brasileños son
impactantes: bebés con la parte de atrás de la cabeza aplastada, como si se las hubieran “rebanado”. Son los rostros del virus que tiene en vilo a
los especialistas en salud pública del mundo, y que a todos nos genera terror:
el zika. La Organización Mundial de la Salud (OMS) convocó a una reunión de su
comité de emergencia para abordar cómo tratarlo, y los ministros del Mercosur
se reúnen esta semana en Montevideo para trazar una estrategia común. Se habla
de miles de casos, y de otra seria enfermedad también relacionada con ella.
Dicen que todo el continente americano estará afectado. ¿Hasta dónde tenemos
que preocuparnos?
En primer lugar, hay que aclarar que en Argentina no hay
circulación autóctona del virus. Hubo un caso confirmado, de una paciente que se
infectó en Colombia. ¿Esto significa que no va a llegar acá? La OMS alertó queel virus se expandirá por todo el continente americano, por lo cual es de
esperar que puedan darse más casos en la Argentina. Además, este verano hubo
una importante cantidad de turistas argentinos que viajaron a Brasil, el paísque está viviendo la peor parte de la epidemia.
El zika es un virus que transmite el mismo mosquito que
transmite el dengue: el Aedes aegypti. El insecto es además vector de una
tercera enfermedad, la fiebre chikungunya. Esta y el dengue no suelen tener
complicaciones severas en la mayoría de los casos. Pero el zika, que es un
virus relativamente “nuevo” y por eso se conoce poco de él (recién se lo
identificó en humanos en Uganda en 1952), está asociado con dos enfermedades
complejas. La semana pasada, Margaret Chan, la presidenta de la OMS, dijo que
aún no está demostrada la relación con la microcefalia, pero que no lo
esperarán para iniciar un plan de ataque: en Brasil hay una epidemia de zika y
un brote de microcefalia, con más de 3.500 casos de bebés recién nacidos con
esta enfermedad.
¿En qué consiste la microcefalia? Es una malformación cerebral por la cual el
bebé nace con un perímetro craneal inferior al normal, lo que le provocará
problemas en el desarrollo y le dejará secuelas para toda la vida. Estos casos
se dieron en bebés cuyas madres tuvieron zika durante el primer o segundo
trimestre de gestación, no antes.
Ahora, los especialistas están encontrando que el zika se asocia también con otra enfermedad que puede ser muy compleja: el síndrome de Guillain-Barré. A los argentinos esta enfermedad nos suena por el caso de Martín Renzacci, un joven que la contrajo en su luna de miel en Tasmania, yestuvo al borde de la muerte. Su historia, contada en varios medios, hizo conocida esta patología. Según explica en su página web la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, “es un problema de salud grave que ocurre cuando el sistema de defensa del cuerpo (sistema inmunitario) ataca parte del sistema nervioso por error. Esto lleva a que se presente inflamación de nervios que ocasiona debilidad muscular o parálisis y otros síntomas”. El síndrome puede presentarse junto con infecciones virales o bacterianas, por eso preocupa la notificación de casos de Guillain-Barré en regiones donde hay también brote de zika. El gobierno de Venezuela, donde hay 4.500 pacientes sospechosos de zika, confirmó el viernes 255 casos de este síndrome.
¿Qué se puede hacer? Primero,
obviamente, no entrar en pánico. Las medidas de prevención que puede tomar la
población son las mismas que con el dengue, ya que la principal forma de
combate contra estas enfermedades es eliminar el Aedes aegypti, el mosquito que
las transmite. El Ministerio de Salud, además, recomendó a las mujeres
embarazadas que consideren el riesgo antes de viajar a zonas con circulación
del virus del zika. Muchas aerolíneas, por ejemplo, están aceptando devolverlos pasajes a las viajeras en estas condiciones.
Por otro lado, el ministerio reiteró también cuáles son los síntomas del zika, a los que deberían prestar atención quienes hayan viajado a las zonas de riesgo: fiebre, conjuntivitis no purulenta, dolor de cabeza, dolor de cuerpo y en articulaciones (principalmente manos y pies), decaimiento, sarpullido, e inflamación de miembros inferiores.
Los síntomas duran entre 4 y 7
días. Suelen presentarse de forma moderada o aguda después de un periodo de
incubación de 3 a 12 días. Debido a su similitud con los síntomas del dengue y
de la fiebre chikungunya, puede ser confundida fácilmente con estas
enfermedades. Frente a estos síntomas, no hay que automedicarse (ni siquiera
tomar ibuprofeno ni aspirina) y consultar al médico. No obstante, la infección
por virus zika también puede ser asintomática.
Foto: Ministerio de Salud de la Nación
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