Fue el tema de la semana y llegó a los titulares de varios importantes medios internacionales. Una nueva moda peligrosa prolifera en Internet: el bikini bridge, o puente del bikini, una nueva denominación para referirse al hueco que la bombacha del bikini forma sobre las caderas de una chica tan flaca a la que le sobresalen los huesos y su panza pasó de chata a cóncava por su delgadez.
De pronto, todos estábamos hablando de eso. Y en realidad fue un invento. Tal moda no existía. O al menos, no existía hasta ahora.
Esto del bikini bridge surgió en 2009 en algunos cerradísimos foros donde se encuentran virtualmente jóvenes con trastornos alimentarios, los llamados “Pro Mía” y “Pro Ana” (que fomentan respectivamente la bulimia y la anorexia). Era algo de un círculo muy pequeño y específico.
Pero a principios de este año, a un usuario de 4chan, otro foro famoso por crear inventos virtuales, se le ocurrió inventar que el bikini bridge era una moda que las chicas empezaron a perseguir masivamente, como el thigh gap, una que sí existe y que obsesiona a muchas mujeres para conseguir un hueco entre las piernas.
“Todos vayan a Twitter y sólo tipeen #bikinibridge”, escribió. Fue el puntapié. Otro usuario anticipó lo que se vendría: “Esto es sólo el comienzo. Piensen en lo que va a ser en un mes. Dos meses. ¿Tres meses? Esto va a ser fantástico”.
No hizo falta tanto. En sólo 15 días, el bikini bridge ya era un fenómeno viral. El hashtag se expandió por Facebook, Twitter e Instagram, y para darle credibilidad sus impulsores incluso escribieron post en sitios como Buzzfeed hablando de la nueva moda. Hasta que se descubrió que todo era un invento.
Pero la broma puede no salir gratis. En todo el mundo, especialistas en salud y trastornos alimenticios ya encendieron la alarma. Este chiste viral masificó una condición física que tienen algunas mujeres, pero que de ninguna manera debe volverse en obsesión. ¿Cuántas chicas jóvenes pueden discriminar fake de realidad? ¿O, peor, a cuántas les importa que la moda del bikini bridge no exista? Hoy ya hay decenas de cuentas en Twitter y páginas de Facebook relacionadas con esto. No era moda: ahora lo es. Hablemos en tres meses, como decía el usuario de 4chan. Apuesto a que la panza ultra-super-mega chata se va a convertir en un mandato más para alcanzar un cuerpo supuestamente “perfecto”.
Sin saber nada de todo este fenómeno que disparó Internet –y que también interroga sobre sí misma al exponer los riesgos de la información mal utilizada en la red–, mi hija me hizo un comentario anoche. Le llamó la atención ver en la colonia, con la malla, a algunas de sus compañeras con la panza “muy flaca”. Hablamos del tema. Y de que la panza es una parte más del cuerpo y que están los que la tienen muy chata, los que tenemos pancita, los que la tienen un poco más grande… Todos somos diferentes, como en el color de pelo, los ojos o la altura. Nada más que eso. Que el cuerpo no tiene que ser, nunca, un “puente” que nos separe de los demás.
Esta nota se publicó originalmente en Disney Babble Latinoamérica
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