Cada verano, cuando podemos acercarnos al mar, millones de latinos y extranjeros nos metemos fascinados a nuestros generosos Atlántico y Pacífico. Pasamos la rompiente y avanzamos, confiados, a sumergirnos en la frescura que la naturaleza nos regala con generosidad. A veces con frío, como en el sur, a veces tibio, como en el Caribe, amamos flotar, desafiar las olas, nadar o dejarnos mecer por la marejada. Como un ritual pagano, nos quedamos hasta tarde para ver ponerse el sol y cambiar los colores del cielo. Dormimos con las ventanas bien abiertas para escuchar el arrullo infinito, constante, que nos da la seguridad casi materna de que todo va a estar bien. ¿Alguna vez te preguntaste cómo podés ayudar?
Las dos fuentes principales de contaminación del mar son la basura y las aguas negras o servidas, provenientes del uso industrial, comercial y hogareño del agua potable en las ciudades.
No todas las localidades cuentan con plantas de tratamiento de aguas, así que muchos de los vertidos aún se realizan directamente al mar o a los ríos, que también desembocan en los océanos. En casa, colaboramos cuando cuidamos el uso del agua potable o cuando no tiramos basura o aceite por los desagües: los papeles sanitarios deben ir a un cesto y el aceite es recomendable acumularlo en botellas que van a la basura común para ser enterradas. En algunos lugares, también se ofrecen programas de reciclado de aceite para producción de biocombustible. En tanto, las actividades industriales también deben ser monitoreadas por ciudadanos y gobiernos.
El otro gran enemigo de los mares es la basura que generamos. Los plásticos, pensados para el uso efímero, son un veneno mortal para nuestra salud y la de la fauna marina. Tal como señala la organización Surfrider Foundation Argentina, “se debe recordar que el plástico nunca se degrada, por lo que constituye el enemigo número uno del océano, ya que lo asfixia y no permite que oxigene el 70 % del aire que respiramos”.
A continuación, resumo los puntos más importantes de lo que deberíamos incorporar y evitar para contribuir con el cuidado de la playa de una guía muy completa sugerida por el grupo de ciudadanos de “Conserva tu playa”, con sede en Mar del Plata y el apoyo mundial de la Oceanforce Foundation:
- Los corales sirven de protección a muchas especies y las conchas marinas contribuyen a hacer playa por eso es importantes que no los coleccionemos en casa, sino que los dejemos en su contexto natural.
- Lo mismo aplica a cangrejos vivos, son los mejores aliados de la limpieza en las playas. No tapemos los huecos que crean para sobrevivir.
- Bajo ningún concepto arrojar basura en el mar. Esto incluye: latas (los animales las usan como refugio y se cortan), plásticos (los animales se enredan en ellos o los confunden con alimento), desperdicios de comida (aunque no lo crean, contamina).
- ¿Sabías que hacer las necesidades fisiológicas en el mar aumenta la contaminación biológica?
- Nunca introducir al mar sustancias químicas tóxicas, contaminantes o de carácter explosivo.
- Pescar con dinamita o métodos no selectivos contribuye a la extinción de las especies.
- No navegar muy cerca de los bañistas en motos marinas o lanchas (el combustible que vierten al agua afecta la salud).
- Tampoco sacar del agua las medusas o aguamalas (éstas son un buen alimento para tortugas y otras especies marinas).
- Cambiar el aceite de las lanchas fuera del agua (el aceite que se derrama es muy dañino).
- No alimentar a los animales silvestres porque estos se pueden intoxicar.
- Evitar las fogatas, su luz desorienta a los animales y el fuego quema muchos microorganismos útiles.
- Usar solamente bronceadores o bloqueadores resistentes al agua, de otra forma se diluyen y contaminan el mar
Foto: Yo amo mi playa.
Esta nota se publicó originalmente en Disney Babble Latinoamérica
No hay comentarios:
Publicar un comentario